- Área: 3000 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Lluc Miralles, Lacol
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Proveedores: 9INTEX, Brimat, Egoin, Fermacel, Guntamatic, Ininsa, Orona Pecres, Placo, Siber, Steico, Zinco
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La cooperativa de vivienda La Borda es una promoción auto-organizada por sus usuarias para acceder a una vivienda digna, no especulativa y que pone en el centro su valor de uso, a través de una estructura colectiva. La idea de una cooperativa de vivienda nace en 2012 como un proyecto más de Can Batlló impulsado por la comunidad en el proceso de recuperación del recinto industrial, y del tejido vecinal y cooperativo del barrio de Sants de Barcelona. El proyecto se emplaza en un solar (VPO) cedido por el ayuntamiento a 75 años en la calle Constitució, situado en una posición limítrofe del recinto industrial de Can Batlló con fachada a la trama histórica del barrio de la Bordeta.
Son tres los principios fundamentales y transversales del proyecto, (1) re-definir el programa de la vivienda colectiva. El programa del edificio plantea 28 viviendas (40, 60 y 75m²) y espacios comunitarios que permiten estirar el hecho de habitar desde el espacio privado al espacio público para potenciar la vida comunitaria y vecinal. Estos espacios son: cocina-comedor, lavandería, espacio polivalente, espacio para invitados, espacio de salud y cuidados, almacén por plantas, y espacios exteriores y semi-exteriores como el patio y las azoteas. Todos ellos articulados alrededor de un patio central, un gran espacio de relación que recuerda a las "corralas", una tipología de vivienda popular del centro y el sur del estado español.
(2) sostenibilidad y calidad ambiental. El objetivo es construir el edificio con el menor impacto ambiental, tanto en la obra como en su vida útil y, sobre todo, conseguir el confort en las viviendas con el mínimo consumo para reducir los costes globales de acceso a la vivienda y eliminar la posibilidad de pobreza energética entre las usuarias. Partimos del convencimiento de que la mejor estrategia es reducir la demanda inicial de todos los vectores ambientales del edificio (energía, agua, materiales y residuos), especialmente a nivel energético, donde priorizamos las estrategias pasivas para conseguir el máximo aprovechamiento de los recursos existentes.
(3) participación de las usuarias. La auto-promoción y la posterior gestión colectiva implica que la participación de las futuras usuarias en el proceso (diseño, construcción y uso) sea la variable más importante y diferencial del proyecto, generando una oportunidad para conocer y proyectar con ellas y sus necesidades concretas. Durante el diseño, la participación se articuló mediante la comisión de arquitectura, que fue el vínculo entre el equipo técnico y la asamblea general, y la encargada de preparar los talleres de arquitectura. Se han realizado talleres de imaginario, programa, estrategias de proyecto, estrategias ambientales, tipología, y sesiones para la validación del anteproyecto.